jueves, 28 de enero de 2016

Profetas en la marisma

Publicado en Diario de Mallorca el 24/1/16


LA GRAN APUESTA

Nacionalidad: Estados Unidos, 130 min. Director: Adam McKay. Actores: Christian Bale, Steve Carell, Brad Pitt, Ryan Gosling
Calificación: ****1/2

Adaptando el ensayo de Michael Lewis (autor también de Moneyball), La gran apuesta recrea el prólogo (2006-2007) y posterior pinchazo de la burbuja inmobiliaria y financiera estadounidense. La película exige concentración a los leguleyos en temas financieros. A cambio se esfuerza por explicarlo con algunas metáforas (el casino, nunca mejor dicho, o el juego de la torre de listoncitos de madera). Y lo cuenta además con gracia. Está a mitad de camino entre la seriedad formal de Margin call y el desmadre de El lobo de Wall Street

Las tres forman un tríptico demoledor sobre el capitalismo de las últimas décadas. Es un circo, un casino dirigido, o como mínimo amparado, por los políticos. Pero La gran apuesta (junto con el documental Inside Job) va más lejos en la denuncia. Sus protagonistas no son ángeles (“los santos no viven en Park Avenue”, frase del filme). Son gestores de fondos de inversión que viendo acercarse el iceberg saltaron sobre él. Apostaron sobre ese pinchazo no a ciegas, sino por indicios muy evidentes (retrasos en pagos de hipotecas, visitas a urbanizaciones fantasma, comprobación de la relajación en valoración de riesgos y supervisión de las autoridades), enfrentándose durante muchos meses a la incomprensión, burlas, hostilidad y presiones de clientes y colegas. Al final no renunciaron al pelotazo, se llevaron una buena tajada, pero dejaron de especular tan alegremente. El ritmo de la película, las actuaciones (más que Christian Bale el que borda su papel es Steve Carell), la banda sonora (Kurt Cobain, Pharrel Williams, Gorillaz, Neil Young…), hacen muy digerible esta denuncia, sin perder un ápice de contundencia.

lunes, 25 de enero de 2016

Sonderkommandos

Publicado en Diario de Mallorca el 19/1/16



EL HIJO DE SAUL

Nacionalidad: Hungría, 107 min. Director: Lazslo Nemec. Actores: Gèza Röring, Levent Molnar,
Calificación: *****

Arranco con las dos únicas macas en la película. Una, me ha despistado la historia del niño que da título al filme. ¿Es real, o producto del comprensible desvarío en el que ha caído el protagonista? Segunda, no tan nimia, es la omisión de la fecha. Da la impresión de que tal como llegaban los prisioneros a Auschwitz eran gaseados o fusilados, y eso sólo ocurrió al final de la guerra.

El resto son parabienes. El primero, el valor de retratar y reivindicar a los sonderkommandos, las cuadrillas de prisioneros judíos a las que los nazis subrogaron el trabajo más ingrato del exterminio a cambio de comida y alargar sus vidas unas semanas o como mucho meses. Ellos aceptaron como resquicio para intentar escapar. No fueron esquiroles. Ante la magnitud del horror que contemplaban cada día era imposible serlo. Otra gran virtud del filme es que evita al espectador las imágenes más insoportables con un astuto recurso, pegar la cámara al rostro y la nuca del protagonista. Las brutalidades quedan en un segundo plano, muchas veces desenfocado. Eso sí, los sonidos permiten reconstruir lo que ocurre. La fotografía es un formato muy cuadrado, como el pretérito cine mudo o la reciente Ida. Un modo adicional de esconder atrocidades y una metáfora de las orejeras que llevan los sonderkommandos. La interpretación de Gèza Röring es antológica, recuerda precisamente a las de las mejores obras del expresionismo (Murnau o el Fritz Lang europeo). Además de testimonio, El hijo de Saul es una inmensa película por sus valores cinematográficos, superior a La lista de Schindler o El pianista. Dentro de medio o un siglo, estoy convencido, mantendrá toda su fuerza e impacto. 

martes, 19 de enero de 2016

7 (+1) blanquitos

Publicado en Diario de Mallorca el 18/1/16

LOS ODIOSOS OCHO

Nacionalidad: Estados Unidos, 167 min. Director: Quentin Tarantino- Actores: Samuel L. Jackson, Kurt Russell Jennifer Jason Leigh, Tim Roth, Michael Madsen
Calificación: ***1/2

La octava película de Quentin Tarantino (así lo anuncia en los créditos iniciales) se pergeñó, muy inicialmente, como secuela de Django desencadenado. Se mantiene la época (la turbulenta posguerra civil norteamericana, periodo histórico tratado también en la reciente Slow west) y un coprotagonista afroamericano (Samuel L. Jackson en este caso). Las tensiones raciales ya no son el tema central aunque mantienen un visible segundo plano. El primero es un Tarantino desencadenado en su faceta más gamberra y provocadora: Estructura capitular. Ocho hombres de muy incierta reputación atrapados por un temporal de nieve en una cabaña matándose entre ellos por una deslenguada mujer y un fajo de quiméricas recompensas. Muchos gags y guiños, para todos los gustos y sensibilidades. Sutiles (la cabaña es una mercería regentada por otra afroamericana; Tim Roth haciéndose pasar por verdugo con lenguaje y modales de Shakespeare), soeces (antológico el gag de la felación), engañosamente misóginos (Leigh recibe de lo lindo), casquería (la matanza final) y cinéfilo/literarios (homenajes confesos a Stephen King -La cosa- y Agatha Christie -Diez negritos-). En el reparto tampoco falla Tarantino: Agradecido Kurt Russell (La cosa, Stargate); repetidores Madsen y Jackson; pillo Tim Roth, segunda juventud en su tercera edad para Bruce Dern, y barra libre de tacos y moratones para Jason Leigh. La banda sonora tiene dos mayúsculas, Ennio y Morricone, más un par de apéndices de Jack White y Roy Orbison. Resumido: casi tres horas de spaguetti western con versos de Agatha Christie, latigazos de humor negro, borbotones gore y el mazo, la marca inconfundible, de un Tarantino en plenitud de forma.

martes, 12 de enero de 2016

Decencia y talento



STEVE JOBS

Nacionalidad: Estados Unidos, 121 min. Director: Danny Boyle. Actores: Michael Fassbender, Kate Winslet, Jeff Daniels, Seth Rogen
Calificación: ****

Destaca Steve Jobs sobre el Jobs de hace un par de años en la conjunción de talentos en todos los niveles. Danny Boyle (dirección), Aaron Sorkin (guión), Daniel Pemberton (música) y los actores Michael Fassbender, Kate Winslet, Jeff Daniels o Seth Rogen. Ninguno precisa presentación ni justificación.

Vamos con la chicha, el guión. Frente a la amplitud y dispersión de muchas biografías, Sorkin recrea sendos psicodramas en tres momentos clave: las bambalinas previas a las presentaciones de tres ordenadores, el primer Mcintosh, el Next y el iMac. Ha cribado los personajes secundarios, centrándose en la primera mujer de Jobs y la hija de ambos, y, de Apple, en su asistente, el director financiero y los programadores Steve Wozniak y Andy Hertzfeld. El tema principal es si el talento, la inteligencia y el liderazgo a muy altos niveles conllevan perentoriamente un ego desmesurado y una coraza, un bloqueo, de los sentimientos y la ética. Tema ya tratado por Sorkin, igual que el juego de tronos empresarial, en La red social. Una ramificación es si ese bloqueo tuvo su origen en la infancia de Steve, su trauma por ser rechazado por los primeros padres que le adoptaron. ¿Causa o excusa? La dirección, la fotografía, el montaje, la música, las actuaciones (Fassbender ha evitado la trampa de imitar los gestos del retratado, lo ha llevado a su terreno) completan un impecable, a nivel cinematográfico, biopic. Como retrato del difunto es incompleto. Sorkin orilla otros nubarrones como su amagada adicción al lujo, su desprecio a la filantropía o su fanatismo con la alimentación; y omite momentos positivos, que los hubo, con su primera mujer o con Woz.