jueves, 25 de septiembre de 2014

La ciudad invisible

Publicado en Diario de Mallorca el 24/9/14
 
SACRO GRA

Nacionalidad: Italia, 95 min. Director: Gianfranco Rosi. Actores: (documental)

Roma y los cineastas mantienen un largo idilio (Da Sica, Fellini, William Wyler, Woody Allen, Julio Medem, Paolo Sorrentino...). Sacro GRA es justamente la antítesis, el contrapunto, de La gran belleza. La película de Sorrentino muestra, en ficción, una jaula dorada y a un diletante buscando un quimérico Shangri-La en el núcleo imperial de la villa. Gianfranco Rosi se escabulle al barro de la periferia.

La idea del documental partió del paisajista y urbanista Nicolo Basetti, inspirado en La ciudad invisible, de Italo Calvino. GRA son las siglas abreviadas de la vía de cintura de la capital italiana, 21 kms de diámetro, más de 68 de longitud. En ese circuito han logrado los creadores encontrar a media docena de ciudadanos corrientes, entrañables e interesantes sin llegar a frikis: un pescador de anguilas residente en una choza en la orilla del Tiber, un parlanchín octogenario en un piso de protección oficial, un técnico sanitario de una UCI móvil, un combatiente solitario contra la plaga del picudo rojo, un caballero de la Orden de Malta que alquila su casa para fotonovelas y una pareja de travestís de avanzada edad, más otros figurantes episódicos. Se juega bien con la verborrea de unos y el mutismo de sus acompañantes. Hay momentos cómicos, emotivos y algo dramáticos. Entre medias, planos de la autovía en las cuatro estaciones del año, puntualmente bellos (atardecer en el río) o respetuosamente oscuros (atención a accidentados). Sacro GRA es un documental puro, sin más pretensiones que mostrar, sobre una Roma irreconocible, imperceptible, una galería de personajes atípicos. Tan romanos, o más, que Jep Gambardella.

martes, 23 de septiembre de 2014

Pastar o morir

Publicado en Diario de Mallorca el 23/9/14

EL CORREDOR DEL LABERINTO

Nacionalidad: Estados Unidos, 113 min. Director: Wes Ball. Actores: Dylan O'Brien, Amil Ameen, Ki Hong Lee, Kaya Scodelario

Coordenadas: Adaptación de una novela dirigida a jóvenes adultos ('YA' en inglés). Los que devoran Crepúsculo o Los juegos del hambre. Más cerca de esta última porque está ambientada en un mundo distópico (arrasado por el clima o guerras y con los supervivientes muy alterados).

Novedad: La obra de James Dashner asocia una trama tipo El señor de las moscas con una variante, más grande y a cielo abierto, de la cárcel de Cube y con un punto de manipulación adulta que recuerda a El juego de Ender: Encierran a unas docenas de muchachos en una pradera, en la que no falta comida ni bebida, pero tiene dos opciones, resignarse – como animales domésticados- o explorar el laberinto cambiante que les rodea. Pero deben hacerlo de día; si les pilla la noche son devorados por unos insectos gigantes semirobotizados. La llegada del carismático Thomas (O'Brian) decantará al grupo hacia la asunción de riesgos para encontrar la salida.

Fisuras: El planteamiento es original pero muestra la misma inconsistencia de base que Cube: ¿Se han gastado trillones en construir el laberinto sólo para ver si alguno de los chicos tiene madera de líder o para probar sus aptitudes de supervivencia? Más: se recurre a la triquiñuela demasiado burda de jugar con las amnesias. Y no se explica tampoco por qué todos los infantes son varones, exceptuando a la obligada pitufita de turno (Scodelario). La realización y el ritmo son más que correctos. Igual que los actores, aunque ninguno apunta a algo más que teleseries o este tipo de películas.

Moraleja: Historia original pero de muy incierto interés para el público no adolescente.

Doce años

Publicado en Diario de Mallorca el 17/9/14

 
BOYHOOD

Nacionalidad: Estados Unidos, 165 min. Director: Richard Linklater. Actores: Ethan Hawke, Patricia Arquette, Ellar Coltrane, Lorelei Linklater

En su trilogía Antes del amanecer, antes del anochecer, Antes de medianoche, Richard Linklater retrató los encuentros de una pareja de amantes en tres fugaces momentos a lo largo de sendas décadas. Con Boyhood ha dado un curioso paso más. Cuenta la vida de un chico desde los 7 a los 19 años. Doce años de su vida rodados intermitentemente durante ese mismo periodo de tiempo. Mezclando su madurez vital ficticia con su evolución física real. Muy evidente en la pareja de chicos (Coltrane y Linklater hija); más sutil, pero igual de empática, en los adultos (Arquette y Hawke).

La película dura casi tres horas y los hechos que narra son muy corrientes. Mucho. Linklater en eso es discípulo de Eric Rohmer. Entrar en su mundo exige paciencia. La ficción está ambientada en el estado de Tejas, rural y conservador. Hay algunos momentos levemente dramáticos (el segundo marido de Arquette), otros levemente emotivos (los noviazgos del chico ya adolescente) y otros levemente cómicos (la lección sobre sexualidad de Ethan Hawke). El resto roza lo documental, casi como la filmografía de Frederick Wiseman. La banda sonora es excelsa (Coldplay, Sheryl Crow, Weezer. Daft Punk, Foo Fighters, Cat Power, Lady Gaga, Bob Dylan...) pero Linklater la mantiene en un muy segundo plano, para que no vampirice a los protagonistas. En el reparto, se evidencia el contraste entre los experimentados adultos y los imberbes jóvenes, acentuando, para bien, el realismo de la propuesta. Boyhood es un original seguimiento de un chico muy corriente. Como espiarle por el ojo de una cerradura, durante doce años.

martes, 16 de septiembre de 2014

Nadar y guardar la ropa

Publicado en Diario de Mallorca el 16/9/14

EL HOMBRE MÁS BUSCADO

Nacionalidad: Estados Unidos, 121 min. Director: Anton Corbjin. Actores: Philip Seymour Hoffman, Willem Dafoe, Robin Wright, Rachel McAdams

Comencemos por lo (relativamente) accesorio: la última actuación de Philip Seymour Hoffman es, una vez más, para enmarcar. Curioso, absoluto contraste entre este espía y el patoso que retrató en La guerra de Charlie Wilson. Le arropan dos caras muy conocidas, Willem Dafoe y Robin Wright, y un puñado de excelentes promesas multinacionales, Rachel McAdams, Daniel Bruhl, Nina Hoss, Homayoun Ershadi o Mehdi Debi. Ante ellos el director Anton Corbjin acierta en la dirección. Muestra un  Hamburgo frío sin llegar a sombrío, similar, sin imitarlo, al de Wim Wenders en El amigo americano. Y en cuanto al ritmo, me ha recordado al de El escritor, sostenido sin pasarse de revoluciones.

Con ambos pilares, la materia prima, la firma de John Le Carre, parece un valor seguro. ¿Lo es? El primer visionado impacta: un thriller de espías impecable. Sin embargo, al rumiar el argumento se detectan ingredientes como mínimo muy improbables: la trama central va de un fugitivo hijo de mujer chechena y un general ruso (!!) que intenta acceder a una fortuna escondida en un banco alemán dedicado al blanqueo de dinero. Y más de media película nos hacen creer que es un terrorista islámico, provocando  escaramuzas entre los servicios secretos internos y externos de Alemania y la CIA. Además de improbabilidad (o inverosimilitud) Le Carre logra nadar y guardar la ropa, diluir culpabilidades o sospechas para que las audiencias árabes, rusa o americana no se lleguen a ofender. Y la crítica a la impunidad de los servicios secretos, su constante puenteo de las leyes internacionales sobre derechos humanos, es insuficiente. Aún así, sólo por los actores merece verse esta película.

Petit tour

Publicado en Diario de Mallorca el 11/9/14 
DESTINO MARRAKECH

Nacionalidad: Alemania, 123 min. Director: Caroline Link. Actores: Samuel Schneider, Ulrich Takur, Hafisa Herzi

Destino Marrakech va de un viaje iniciático, un micro grand tour. Un adolescente (Schneider), a punto de alcanzar la mayoría de edad, agraciado, adinerado y diabético, viaja en verano a Marruecos para compartir unos días con su padre (Tukur), divorciado, mujeriego y exitoso director de teatro de gira por el país magrebí. La mala relación entre ambos y las inquietudes propias del joven le llevan a fugarse con una meretriz local (Herzi) y poner levemente en juego su vida.

Trata el filme varios temas: a) el impulso de los jóvenes de alzar el vuelo definitivamente, aunque no estén, o no sepan si están, del todo preparados. b) los matrimonios fallidos (independientemente de su situación económica) y la repercusión en sus vástagos. c) el neocolonialismo, la tendencia ¿inevitable? a mirar por encima del hombro a ciudadanos de países menos desarrollados. d) De pasada, la fascinación hacia el desierto y sus etnias, trasfondo del magistral El cielo protector, de Bowles. La cineasta Caroline Link engarza bien los temas, aunque los afina de modo desigual. Al principio no logra evitar quitarse las antiparras del turista accidental; la estancia en Marrakech y el inicio de la fuga juvenil están más próximos al costumbrismo de Brenan que de las angustias de Bowles. Sin embargo, tras el reencuentro padre e hijo, la película entra en una singular road movie, con algunas localizaciones curiosas e interesantes matices en las personalidades de los protagonistas. Los actores, con innegable frialdad teutona, son correctos y creíbles. La música no chirría pero tampoco destaca. Sin llegar a aportar nada nuevo, Destino Marrakech ofrece un digno drama intergeneracional con bellos paisajes del norte de África.

Tres formas de salir del barrio

Publicado en Diario de Mallorca el 10/9/14


JERSEY BOYS

Nacionalidad: Estados Unidos, 115 min. Director: Clint Eastwood. Actores: Christopher Walken, John Lloyd Young, Erich Bergen, Vincent Piazza

Jersey Boys adapta un musical sobre el ascenso y descenso de del grupo musical The Four Seasons entre finales de los 50 y los 80 del siglo pasado. En dos líneas, en el barrio de Jersey, humilde y tomado por inmigrantes de origen italiano, sólo había en la posguerra tres opciones para salir de pobre: alistarse en el (menguado) ejército, unirse a los delincuentes habituales o triunfar como artista, dirigido a la todavía muy xenófoba audiencia de piel clara. Frankie Valli optó por la tercera opción con un empujoncito de la segunda. En la primera parte del filme se narran esos lazos entre delincuencia organizada de nivel bajo-medio y artistas emergentes. La segunda, con más insertos musicales, desarrolla la clásica (y frecuente) implosión de un grupo por melopea de éxito.

Siendo un correcto biopic musical, lo que no acaba de entender uno es qué pinta Clint Eastwood ahí. Incluso aceptando que sea un trabajo alimenticio, grandes directores (Scorsese, Coppola) han pasado por eso pero han logrado, aunque sea fugazmente, incluir destellos de su talento. Aquí apenas se profundiza, o se frivoliza, con el tema de los lazos entre mafiosos y artistas (¿Por qué Frank Sinatra sigue siendo tabú?) y se abusa de personajes y lugares comunes (productor homosexuales, esposa aburrida y alcoholizada, artistas manirrotos, caprichosos o puntillosos). La realización es correcta, el ritmo lento y los actores, salvo Walken, no acaban de conectar del todo con la cámara. Tapándose los ojos ante la mención del director, Jersey boys es un entretenido y bien ambientado musical, dirigido a los nostálgicos de esa época y esa música.

miércoles, 3 de septiembre de 2014

Perdida en su conciencia

Publicado en Diario de Mallorca el 3/9/14
 
EL CONGRESO

Nacionalidad: Israel, Alemania, Polonia, Francia, 122 min. Director: Ari Folman. Actores: Robin Wright, Harvey Keitel, Paul Giamatti

“Los escritores de Ciencia Ficción deben pensar, castigar y curar”. La frase es del polaco Stanislaw Lem, considerado el mejor escritor en lengua no inglesa del género. Famoso sobre todo gracias a la densa e hipnótica Solaris, dirigida por Andrei Tarkowski. El hebreo Ari Folman, tras la acongojante Vals con Bashir, se atreve con una adaptación muy libre del Congreso de futurología de Lem.

Si la obra original era una sátira sobre los escritores, aquí pone patas arriba la industria del espectáculo: una actriz (Wright) acepta ser escaneada multidimensionalmente; a partir de ahí se retirará totalmente de la profesión y los productores crearán con ese archivo todas las películas que deseen. Veinte años después, en un salto a la animación, acude a un congreso del mundo del espectáculo en el que se enfrenta a sus avatares, sus inseguridades, el desquiciado mundo exterior y la búsqueda de su hijo al que abandonó con una enfermedad degenerativa. La primera parte de la película, con actores físicos, tarda en despegar pero alcanza un punto muy emotivo en la escena del escaneo. En la parte de animación Folman se ancla al clásico 2D. En estilo y narrativa se mueve entre los tonos más sombríos de su obra previa o los de Silvain Chomet (Bienvenidos a Bellville) y el Miyazaki más inquieto. En contenido se desliza por los ovillos -o marismas- intelectuales de Lem. Difíciles de seguir y flirteando, en varias ocasiones, con el fantasma de la diletancia. Riesgo, ambición, que asume el director con entereza. El congreso está en línea con Holy motors o El atlas de las nubes. Inusual, desconcertante, deslumbrante, confusa. Pero en absoluto hueca.

lunes, 1 de septiembre de 2014

A medio gas




Publicado en Diario de Mallorca el 1/9/14
 
EL NIÑO

Nacionalidad: España, 116 min. Director: Daniel Monzón. Actores: Luis Tosar, Edurd Fernandez, Barbara Lennie, Jesús Castro

Tras el merecido éxito de Celda 211 (adaptando una novela de Francisco Pérez Gandul)       El niño desarrolla un guion original de Monzón y Guerricaechevarría inspirado en las andanzas de un modesto y algo mediático narco ceutí. Su trasvase a la ficción es en formato de voluntariosos perdedores: el lobezno (Castro) enfrentándose al capo alfa local; y el honrado policía (Tosar) braceando contra su mala suerte y las zancadillas de sus compañeros.

Aunque no sea un planteamiento novedoso, con un mínimo de inspiración, o motivación, o documentación se puede hacer algo destacado o sobresaliente. Pero eso exige esfuerzo. Mucho. Roberto Saviano fue periodista especializado en delincuencia organizada durante más de una década antes de escribir Gomorra; David Simon, ídem con The Wire, David Michôd tardó ocho años en madurar el guión de Animal Kingdom; Don Winslow dedicó seis a escribir El poder del perro. Da la impresión de que Monzón y Guerricaechevarría no se han sumergido lo suficiente en el tema del tráfico ilegal en el Estrecho y tampoco han sabido darle un giro novedoso a la historia o los personajes. Abusan de lugares comunes, incluyen usos más propios de narcos latinos (las decapitaciones; las personas en prenda) que de magrebíes; y otros muy improbables como que un inspector de policía terrestre especializado en drogas sea a la vez piloto de helicóptero. Las tramas personales son casi de serie televisiva, perjudicando sobre todo a los papeles femeninos, edulcorados (Bachir) o minimizados (Lennie). El resultado es un thriller correcto; muy bien realizado, con varios excelentes actores (Tosar, López, Fernandez) y lastrado por un guión demasiado conformista.