miércoles, 30 de abril de 2014

Alejandrinos actualizados

Publicado en Diario de Mallorca el 30/4/14


MOLIERE EN BICICLETA

Nacionalidad: Francia, 104 min. Director: Philippe Le Guay. Actores: Lambert Wilson, Fabrice Luchini, Maya Sansa

El planteamiento es similar al de La venus de las pieles: utilizar una obra clásica como esqueleto y mostrar su vigencia, acercarla al tiempo y las inquietudes presentes, jugando con la cuarta pared. Si Polanski fue muy purista, encerrando a la pareja protagonista en un teatro, en un mano a mano puro, Philippe Le Guay (director) y Fabrice Luchini (actor y coguionista) son más laxos, intentan contentar a sibaritas y al público mayoritario.

La excusa argumental es que un exitoso actor (Wilson) acude a ver a otro retirado (Luchini) a una localidad turística del norte de Francia para convencerle de representar El Misántropo juntos. El anfitrión se hace el remolón y fuerza a su amigo a quedarse unos días y ensayar la obra. Este primer tramo del filme, con los ensayos improvisados y las conversaciones intermedias, está muy logrado. Muestra, con buen ritmo y unos diálogos muy vivos, cómo son los personajes actuales (el agraciado físicamente frente al talento puro) y las contradicciones de ambos (la vanidad y ambivalente relación con los fans de Wilson, el victimismo de Luchini). Sin embargo la película abandona poco a poco el clásico y deriva hacia una comedia costumbrista. Abuso de estereotipos (la vecina italiana con mucho genio, la jovencita que quiere ser actriz porno...), excusas para salir a pasear como recompensa a la subvención de la oficina de turismo local, y final burdo y previsible. Con todo, no deja mal sabor de boca. Aunque lejos de la excelencia de La venus de las pieles, entretiene y confirma que a los clásicos, prácticamente todos, se les puede dar un giro novedoso y contemporáneo.

Vuelo de despedida

Publicado en Diario de Mallorca el 29/4/14
 

EL VIENTO SE LEVANTA

Nacionalidad: Japón, 112 min. Director: Hayao Miyazaki. Actores: (animación)

Con esta película Hayao Miyazaki (El viaje de Chichiro) anunció su retirada definitiva. El viento se levanta recurre a un relato más clásico pero mantiene el resto de virtudes, y alguna contradicción, del cineasta: Su sensibilidad extrema, su hábil sublimación de la nostalgia, su perfeccionismo con la técnica clásica de animación, su capacidad de fascinación y cierta ambigüedad ante los conflictos bélicos.

El título está sacado del poema El cementerio marino de Paul Valery. Arranca en los años 20 del siglo pasado, en los inicios de la aviación en su país. Narra la vida de un chico enamorado de la aeronáutica que por impedimento físico (miopía) reconduce su vocación hacia la ingeniería. El tramo que narra su juventud es soberbio, atrapa por su combinación de nostalgia, tensión dramática (el terremoto y posterior incendio que arrasan su ciudad), moderada denuncia de la desigualdad social, romanticismo y flashes de virtuosismo en las escenas de los sueños y sus intuiciones profesionales. Avanzada la historia, decae un poco. La trama amorosa se escora hacia el melodrama y la principal se debate entre criticar o condescender con los conflictos bélicos, ya que el protagonista es/fue, el diseñador de los tristemente famosos cazas Zero. Miyazaki se justifica insistiendo en que el hombre diseñó aviones, no bombas, y no renunció por lealtad a sus paisanos y la esperanza de crear aviones comerciales cuando finalizara el conflicto. Aún así se echa de menos una crítica más firme, como la mostrada en El castillo ambulante. A pesar de esa tibieza, El viento se levanta es una despedida de vuelo alto, una película igual de cautivante para menores y adultos.

viernes, 25 de abril de 2014

Vacíos emocionales

Publicado en Diario de Mallorca el 22/4/14

EL PASADO

Nacionalidad: Francia, Italia, Irán 123 min. Director: Ashgar Farhadi. Actores: Berenice Bejo, Tahar Raim, Ali Mosaffa

Hace tres años Ashgar Farhadi deslumbró con Nader y Simin una separación recibiendo, merecidamente, premios tan prestigiosos como el Oscar a la mejor película en lengua extranjera o el Oso de Oro berlinés. En El pasado, ha disfrutado de un mayor presupuesto y actores en boga como Berenice Bejó (The artist) o Tahar Raim (Un profeta). La historia sin embargo es más enrevesada. Nader y Simin... era ejemplo sencillo, aplicado a un drama cotidiano, de una historia de suma no igual a cero, en la que a alguien le tocaba perder inevitablemente. La protagonista de El pasado (Bejó) está atrapada en un remolino emocional, intentando divorciarse de su penúltima pareja, con hijos de otras dos y con el misterio añadido de una mujer en coma. Como en Nader y Simin..., no hay santos ni ogros. Hay personas actuando sobre la marcha y tomando decisiones con la información que poseen.

Farhadi muestra de nuevo que decisiones tan simples como juntarse o separarse de una persona o tener o no un hijo pueden provocar unas reacciones en cadena devastadoras. Y que el exceso de racionalismo es a veces tan dañino como las indecisiones o los silencios. La mayor complejidad (y por tanto menor verosimilitud) de la trama se compensa con su maestría para los diálogos, su hiperrealismo en la puesta de escena y la implicación total de los actores. Esa suma de elementos provoca un alto nivel de tensión sin cruzar la raya de lo insoportable. Retrata a una familia disfuncional, sí; pero con la suficiente humanidad para que acabes conectando con sus imperfecciones y sufrimientos.

Chispas en Times Square

Publicado en Diario de Mallorca el 21/4/13
 
THE AMAZING SPIDERMAN 2 – EL PODER DE ELECTRO

Nacionalidad: Estados Unidos, 142 min. Director: Marc Webb. Actores: Andrew Garfield, Emma Stone, Jamie Foxx, Paul Giamatti, Chris Cooper

Repetirse o reinventarse, el dilema de las grandes franquicias. Dar con las teclas precisas para emular el formato televisivo (protagonistas fijos, historias autoconcluyentes) y, en las adaptaciones de cómics una segunda encrucijada, mantener el espíritu de la obra original (obras creadas hace más de medio siglo, en contextos socieoconómicos y culturales diferentes) o adaptarse al siglo XXI. Como la primera trilogía de Spiderman (Sami Raimi, Tobey McGuire, Kirsten Dunst) dio muestras de agotamiento, la Marvel hizo tabla rasa con Marc Webb trás y Andrew Garfield y Emma Stone ante la cámara.

A nivel argumental, pocas novedades. Como Superman, el hombre araña se ve obligado a llevar una doble vida. A diferencia del mentado, su novia es aquí cómplice, siendo el obstáculo el padre de ella (su espíritu en esta entrega). Se estira el misterio de qué secreto escondía el progenitor de Andrew Parker para ramificar la villanía en un gran empresario (Osborne padre y después hijo) y un empleado despreciado y accidentado que se convierte en un monstruo mutado capaz de hacer saltar el diferencial de Nueva York entera. Los creadores de la película cometen el error de intentar agradar a todos los públicos: a los niños con las gracietas iniciales, fieles al original pero bastante pueriles; a los adolescentes con la trama amorosa que ofrece sensibilidad y a la vez un tufillo a Crepúsculo; para los fans de superhéroes la película no despega hasta bien entrada la segunda mitad. La producción está muy elaborada, acorde al listón que impone Marvel, sin llegar a subir un escalón como hizo Cristopher Nolan con Batman. La película no desmerece respecto a otras superproducciones, tampoco epata.

domingo, 20 de abril de 2014

Todos queremos vivir

Publicado en Diario de Mallorca el 15/4/13



 
MIEL

Nacionalidad: Italia, Francia, 96 min. Director: Valeria Golino. Actores: Jasmine Trinca, Carlo Cecci, Libero de Rienzo

Iré al cogollo, al fondo del tema. La eutanasia y el suicidio. Dos tabúes culturales perennes, ligados a la condición humana, al instinto de supervivencia, al darwinismo puro o evolucionado (El gen egoísta de Dawkins sigue coleando más que nunca).  Tabúes que son defensas lógicas, comprensibles. Pero por su rigidez ante las excepciones (tetrapléjicos, enfermos terminales), se tornan en muros carcelarios. La protagonista de la película (difícil no proseguir sin desvelar detalles) ayuda a esas personas. Con un matiz: cobra por ello. ¿Qué es entonces? ¿Un ángel de la guarda? ¿Una mercenaria? ¿Una matarife? ¿Puede ser las tres cosas a la vez en diversos grados? ¿O una inconsciente? ¿Vale la pena jugarse diez años de cárcel por esa ambigua labor? Segundo desvelo: Rechaza a los suicidas, hasta que se le cuela uno. Un hombre acomodado, mayor, muy inteligente, que ha perdido las ganas de vivir, y con el que acaba entablando amistad. Una trama intensa y sensible que me ha recordado, salvando distancias, a la de Tres colores: rojo.
Todo eso está desarrollado de forma excelente. El guión elude el sensacionalismo, añade unas gotas de misterio y encuentra el punto justo de tensión dramática (la relación con los familiares de sus clientes, las tribulaciones para conseguir fármacos), chirriando sólo en alguna trama muy secundaria. Excelente también la actriz Jasmine Trinca, estudiadamente andrógina, como sacada de un cómic de Hugo Pratt. La directora (Valeria Golino, actriz de películas tan dudosas como Hot shots o La puta del rey) acierta en el ritmo, en la banda sonora, y desconcierta con la fotografía, entre cuidada y ramplona. Minucias aparte, película muy recomendable.

domingo, 13 de abril de 2014

Adicto

Publicado en el suplemento Bellver de Diario de Mallorca el 10/4/14
  
PASEO DE RONDA

1. Al buen cine, como no. Se cumple otro aniversario: medio siglo del estreno de Teléfono Rojo, volamos hacia Moscú. En los extras de una de las ediciones en video (y la abundante bibliografía) se detallan anécdotas de la génesis de esa obra maestra. Resumiré algunas: Para el guión Stanley Kubrick adaptó la novela Alerta roja de Peter George. Pero el instinto le pedía una comedia y contrató al escritor pre hippie Terry Southern (poco después firmaría Easy Rider). Entre Kubrick y Southern transformaron el drama bélico no en comedia, sino en una sátira extrema.

2. A las interpretaciones magistrales. La idea inicial era -por una absurda imposición de la productora- que Peter Sellers interpretara a cuatro personajes, los tres ya conocidos más el piloto del B-52. Al inicio del rodaje Sellers sintió que iba camino del frenopático y renunció al susodicho papel; Kubrick contrató entonces a Slim Pickens, un secundario de westerns serie B, para hacer de piloto... Y como tenía alergia a los periodistas, el inglés mandó posteriormente al redneck (cazurro) tejano a las ruedas de prensa. Con George C. Scott hubo (muy) poca empatía. El actor no estaba cómodo sobreactuando. Kubrick le rogó que ensayara algunas tomas así como divertimento, jurándole que las descartaría del montaje final. Y se quedó justamente con esas. Esas y mil anécdotas más confirman el genio del director y por qué sus obras se mantienen tan vigentes.

3. Al aire limpio. Me gustaría volver a ver El Gran Hotel Budapest (además de por placer) para comprobar un dato: Estoy casi seguro de que no aparece en toda la película un personaje fumando. Paradójico porque en esa época era tan corriente como respirar. Si acierto en mi pronóstico, me atrevo a conjeturar que ha sido por expreso deseo del director, Wes Anderson. Caso contrario es Non-stop, de Jaume Collet-Serra. La escena inicial en la que el protagonista (y su inminente antagonista) fuman en el acceso al aeropuerto, vale. Pero que fume dentro del avión para calmar sus nervios (con el burdo truco de poner cinta americana sobre el detector del humos del retrete) me parece otra de las infumables licencias creativas que se toma el guión. Y levanta de nuevo mis sospechas de que la industria del tabaco financia subrepticiamente a Hollywood. No hay pruebas. Ninguna. Pero cuando -en los países occidentales al menos- está descendiendo el consumo de tabaco, en muchas, demasiadas películas, hay más humo de cigarrillos que de armas. Hmmm...   

4. Al consumo moderado de alcohol. Tras rebobinar la vida y milagros de James Bond unos especialistas han concluido que, de existir, 007 sería impotente y estaría al borde del colapso hepático. Si las autoridades de salud recomiendan no más de 3 ó 4 dosis -dependiendo de la graduación- de alcohol al día, la media del espía oscila entre 65 y 92 semanales. En las doce novelas pasa 123,5 días bebiendo y 39 sobrio... por motivos ajenos a su voluntad (hospital, reclusión, rehabilitación). Otro (pésimo) ejemplo.

miércoles, 9 de abril de 2014

Incasable

Publicado en Diario de Mallorca el 9/4/14


FRANCES HA

Nacionalidad: Estados Unidos, 85 min. Director: Noah Baumbach. Actores: Greta Gerwig, Mickey Summer, Adam Driver, Michael Zegen

Dirigida por Noah Baumbach (Una historia de Brooklyn) protagonizada por Greta Gerwig (Greenberg) y coescrita por ambos, Frances Ha narra las penalidades de una chica de 27 años, calforniana y residente en Nueva York que no acaba de encarrilar su vida. Bailarina de vocación, no ha alcanzado el nivel suficiente para ser profesional completa. Sus males se acumulan, como va pelada de dinero va pasando de un piso a otro (su mejor amiga, un par de pijos bohemios, una compañera de trabajo, un colegio mayor...) y lo fía todo a un trabajo precario. La chica compensa su limitado atractivo con mucho entusiasmo y locuacidad, es una Bridget Jones total, pero...

...su alocamiento acaba agobiando. Es una cabeza hueca, la antítesis de Llewyn Davis. El músico tiene como única alternativa enrolarse en la marina mercante y por eso apura su vocación musical hasta que no puede más. En Frances Ha la chica, de tan acelerada y ensimismada que va, es incapaz de frenar un par de segundos y analizar su situación. Un fallo adicional del guión es que la suerte le cambia de forma brusca, mal sembrada en el minutaje previo. Tampoco se explica apenas por qué no acaban de cuajar sus relaciones amorosas. La realización es típica del cine indie, con acertado acelerado ritmo, fotografía en blanco y negro (la moda actual) y banda sonora estridente, demasiado jazz (remite innecesariamente a Woody Allen) bien alternado con T-Rex o el Modern Love de Bowie y temas clásicos de Mozart y Bach. Película imperfecta, como su protagonista, pero recomendable para los amantes del cine urbanita independiente.

martes, 8 de abril de 2014

¿Nos han dado una segunda oportunidad?

Publicado en Diario de Mallorca el 8/4/14


NOÉ

Nacionalidad: Estados Unidos, 139 min. Director: Darren Aranofsky. Actores: Russel Crowe, Jennifer Connelly, Anthony Hopkins, Jon Favreau, Emma Watson

Darren Aranofsky, financiado por organizaciones cristianas no demasiado extremistas, intenta reconciliar creacionismo y darwinismo, pacifismo con el derecho a la defensa, respetar a los animales y comérnoslos, una visión pesimista de la Humanidad (estamos arrasando el planeta y debemos por ello ser exterminados) con una más indulgente (no somos tan destructivos y merecemos una segunda oportunidad). Que lo haga bajo el paraguas de una interpretación muy libre de la Biblia o que eluda citar textualmente a Dios (lo sustituye por El Creador, para ser aceptado por espectadores no cristianos) es anecdótico. Aranofsly peca de exceso de ambición, busca respuestas a preguntas insolubles. Y cierra, como era de temer, intentando vendernos el sonsonete piadoso habitual:  el “Creador” nos ha dado una segunda oportunidad, no somos tan malos como parecemos. ¿A pesar de que seguimos matando o torturando, de que no hay igualdad, de estamos liquidando todas las especies vivientes que no nos son útiles?

En las tramas personales Noé cae reiteradamente en el melodrama. Eso sí, el envoltorio, la puesta en escena es espectacular. Un arca con forma de arca (no la barcaza medieval de los cuentos infantiles), recurso acertado a la animación informática para las escenas más complicadas y bella fotografía, con algunas elipsis de cámara hiperrápida muy logradas. Y un reparto muy descompensado. Russell Crowe carga a sus espaldas la película entera y Anthony Hopkins apura sus escasos minutos. El resto, Connelly, Watson, Favreau, muestran a su pesar que están un par de ligas por debajo de ellos. La película deja una sensación agridulce. Espectacular y, para los espectadores devotos, posiblemente convincente. Pare el resto, un interrogante.

jueves, 3 de abril de 2014

Un puñado de millones de muertos y una gavilla de buenas películas

Publicado en el suplemento Bellver de Diario de Mallorca el 3/4/14
  
LA I GUERRA MUNDIAL EN EL CINE

Entre la crítica más acerada a la inhumanidad del conflicto y el flirteo con el melodrama, la I Guerra Mundial ha generado no muchas pero sí excelentes películas.

Las películas sobre la Gran Guerra son más escasas que las que ha producido el segundo conflicto mundial o las posteriores guerras del sureste asiático. ¿Motivos? Las secuelas del primer conflicto, tanto entre los vencedores como vencidos; fueron devastadoras a nivel humano y económico. La maquinaria de producción cinematográfica no estaba tan engrasada como un par de décadas después. Y, precisamente por la llegada del segundo conflicto, el anterior perdió interés. Aún así ha habido un puñado de películas entre notables y magistrales, más alguna curiosidad.

REY Y PATRIA (Joseph Losey, 1964). Narra el juicio marcial a un desertor inglés desde el punto de vista del abogado defensor (Dirk Bogarde). Remarca Losey la inocencia del acusado (perdió la cordura tras varias carnicerías que presenció) y la consciencia del letrado de que el juicio es una pantomima. Obra maestra.

SENDEROS DE GLORIA (Stanley Kubrick,1957). Muestra la extrema insensibilidad, rozando el calificativo de genocidas, de los mandos militares ante un justificado conato de motín por parte de un destacamento. No se corta tampoco Kubrick en la escena final (soldados obligando a una niña alemana a cantar) al mostrar cómo esa insensibilidad se acaba trasladando a todos los niveles.

SIN NOVEDAD EN EL FRENTE (Lewis Milestone, 1930) Adaptando el relato de Eric Maria Remarque, muestra la crudeza de la guerra desde el bando alemán. Es más de lo mismo, el embrutecimiento, el forzado despojo de toda ética y valores humanos. Aún así la película sigue impactando tanto como hace ochenta y cinco años.

LES CROIX DE BOIS  (Raymond Bernard, 1932) Poco conocida, y equiparable a la anterior. Las cruces del título aluden a las de los cementerios, también utilizados como escenarios de combate. Las desventuras, y alguna fugaz alegría, de los soldados galos trnaspiran su procedencia de anécdotas reales. Y, una vez más los mandos superiores no salen nada bien parados. 

ADIOS A LAS ARMAS (Frank Borzage, 1932). Hemingway jamás perdonó el final feliz y la preponderancia de la trama amorosa. Falta contundencia antibélica pero mantiene encanto, trazas del talento del premiado escritor y una soberbia interpretación de Gary Cooper.

LA GRAN ILUSION (Jean Renoir, 1937) Híbrido entre drama bélico y carcelario, refleja las contradicciones de los conflictos bélicos y la solidaridad puntual entre bandos que generan. Y regala a Jean Gabin en plenitud, tan poderoso físicamente como carismático.

CAPITAN CONAN / LA VIDA Y NADA MAS (Bertrand Tavernier, 1996, 1989).   Capitán Conan se arrima a un frente apartado (Bulgaria), las escaramuzas de los zapadores y la complicada desmovilización tras el armisticio. La vida nada más narra las penurias de un forense militar tras la guerra, buscando desaparecidos en archivos y campos de batalla, y lidiando con sus desesperados familiares. Las dos películas sufren algunos altibajos narrativos pero confirman a Tavernier como un gran director, enérgico y original. Que saca además lo mejor de dos grandísimos actores, Philippe Torreton y Philippe Noiret.

Menos brillante, aunque interesante, es Gallipoli (Peter Weir, 1981). Supuso el pistoletazo internacional de Mel Gibson. Desarrolla uno de los traumas de la reciente historia australiana, la encerrona a miles de sus soldados en los riscos de la homónima península turca, con excesiva querencia por el melodrama.

La muy reciente The war horse (Steven Spielberg, 2013) acierta al enfocar el conflicto desde el punto de vista de los sufridísimos cuadrúpedos. Pero opta por un guión sensiblero y predecible que minimiza la crítica a los señores de la guerra.

Como curiosidad cierro con el filme animado Porco Rosso (Hayao Mizayaki 1992). Un ex piloto de la primera guerra mundial tras un encantamiento se  convierte en semigorrino y se dedica al filibusterismo en la época de entreguerras. Miyazaki (El viaje de Chichiro) despliega una vez más su imaginería conceptual y visual.

Este puñado de películas muestran que el tema no se ha agotado. Igual que en literatura, igual que en ensayos, exige dotes mínimas de novedad y máximas de convicción. Un tema, un conflicto, que un siglo después sigue horrorizando y fascinando.

miércoles, 2 de abril de 2014

S.H.I.E.L.D. no negocia

Publicado en Diario de Mallorca el 2/4/14


CAPITÁN AMERICA – EL SOLDADO DE INVIERNO

Nacionalidad: Estados Unidos, 136 min. Director: Anthony Russo, Joe Russo. Actores: Chris Evans, Scarlett Johansson, Robert Redford, Samuel L. Jackson

La primera entrega de Capitán América tuvo el mérito de ofrecer un saludable ejercicio de nostalgia con un toque pulp (las antiguas novelas baratas de quiosco). Esta segunda parte intenta adaptarse al siglo XXI intentando no perder las raíces que la distinguen de otras franquicias de la Marvel. Por un lado mantener (aunque sea de forma muy dosificada) ese toque nostálgico. Por otro, apartar la imagen, cada vez más trasnochada, de Estados Unidos como salvapatrias. El enemigo ya no es árabe ni ruso ni oriental, sólo un político corrupto. El guión combina el planteamiento Tea party (negociar es de cobardes) llevado al límite de Minority report (la dudosa ética de identificar y desactivar a los delincuentes antes de que cometan una sola acción ilegal) con la resurrección de la sociedad secreta nazi Hydra. Ahí tiene el libreto una contradicción: Promueve a todos los públicos, -o sea de modo muy mascadito-, que el fin no justifica los medios pero no deja de ser una película de ensalzamiento militar, con muchos tiros y mamporros.

Lo mejor de la película son los buenos momentos de suspense en el tramo central, cuando el protagonista está acorralado y desconcertado, y las meritorias actuaciones del cuarteto protagonista. Los veteranos (Redford y Jackson) ponen más que oficio; los jóvenes (Evans y Johansson), más que palmito. Todos están muy convincentes y a gusto en sus papeles. La realización ni destaca ni desentona con otros filmes equivalentes. Se echa en falta más riesgo en la fotografía y la banda sonora. Y, por pedir, algo más de humor y amor.

Enemigos del pueblo

Publicado en Diario de Mallorca el 1/4/14


IDA

Nacionalidad: Polonia, 80 min. Director: Pawel Pawlikowski. Actores: Agata Kulesza, Agata Trzebuchowska, David Ogrodnik

Una novicia a punto de tomar sus votos (Kulesza) sale del convento unos días por imposición de su superiora. Junto con una tía (Trzebuchowska) acuden al pueblo en el que se criaron para aclarar la muerte de los padres de la joven. La tía, juez, conoce la información básica pero no los detalles. Están a principios de los 60; los hechos que investigan se remontan a la invasión de Polonia por los nazis.

La sinopsis argumental muestra el tema principal de la película: la memoria histórica. La necesidad, el imperativo, de rendir cuentas con el pasado por doloroso que sea. Enfoque ligeramente similar hemos visto recientemente en La llave de Sara o Incendies. Sin embargo Pawel Pawlikoski descarta, cercena su potencial más dramático y lo lleva al terreno del cine más clásico y puro. De películas como El manantial de la doncella (Bergman) Andrei Rublev (Tarkowski) o incluso Amanecer (Murnau). Juega con el espectador a los contrastes sin que éste se aperciba. Se distancia en el guión, dosificando la información, mitigando los elementos más dramáticos; y lo atrae con la empatía hacia las dos mujeres. La virginal joven que descubre lo peor y lo mejor de los seres humanos por un lado, junto y frente a, la mujer curtida, atormentada por un oficio no apto para pusilánimes, en busca de expiación. En la realización, lo mismo. Ritmo premioso y blanco y negro para alejar; y un formato inusual (4:3) y encuadres rebuscados que chocan y fascinan. Las dos actrices, por supuesto, bordan sus papeles. Ida es una película para cinéfilos. Lenta, sutil, subyugante, muy humana.