miércoles, 27 de junio de 2012

Casa de muñecos


PASEO DE RONDA

1. En la profesión, en España, el apodo despectivo que reciben los actores (mezcla de envidia por su fama y disgusto por sus caprichos) es muñecos. En Hollywood no van a la zaga. En el clásico ensayo Memorias de un guionista en Hollywood, William Goldman (Dos hombres y un destino, Todos los hombres del presidente, Marathon Man) dispara a su cabeza: “No sirven para nada, pero no se puede hacer nada sin ellos”. Y ellos, como los futbolistas, como los músicos, como todo heterogéneo colectivo humano, se debaten entre el perfil alto y el bajo, el egoísmo y el altruismo, la jaula dorada, la desconexión del mundo, o la hiperactividad que no pocos ven como muestra adicional de narcisismo. En primera persona:

2. Ryan Gosling. Está en la cresta de la ola. No se llevó el Oscar, por Drive, por los pelos. Fue su segunda nominación, tras Half Nelson (2010). Para muchos es uno de los mejores actores del momento, como demostró en Los Idus de Marzo. Además es joven (32), cuida su físico, tiene un envidable currículo de amantes (Sandra Bullock, Rachel McAdams y ahora Eva Mendes). No le basta y se ha implicado en un documental sobre Darfur y, ahora, apoyando al movimiento Ocupa Wall Street. ¿Se lo cree de verdad?

3. Javier Bardem es la voz más concienciada del cine español. Su implicación a favor de los refugiados del Sahara es insistente, vehemente e inextinguible. En la geopolítica mundial ese conflicto, como Darfur, es un grano que ya ni pica, alterados los capitostes mundiales por la galimática crisis financiera. Bardem, como buen luchador, no tira la toalla. Chapó.

4.George Clooney. Otro que va a lo suyo. No puede soslayar su imagen de frivolidad (y más con sus lucrosos contratos publicitarios) pero se apega al dicho de “Ladran, luego cabalgamos”. Deslumbra como actor (Los descendientes) director (Los idus de marzo) y despliega todo su encanto para pelear ante dirigentes y presentadores estrella por Darfur o el matrimonio homosexual. Otro infatigable, y admirable, quijotillo.

5. Robert Pattinson sólo aspira a que lo consideren actor, a secas. La saga Crepúsculo lo ha aúpado a la cumbre del fervor popular y condenado a las mazmorras de la crítica. Intenta liberarse de las cadenas con películas como Agua para elefantes, una no estrenada sobre Dalí o, próximamente, encarnando al investigador del ejército americano que localizó a Saddam Hussein. Al menos lo intenta.

Protocine


Publicado en Diario de Mallorca el 28/6/11

LA CUEVA DE LOS SUEÑOS OLVIDADOS

Nacionalidad: Francia, Alemania, Canadá, 95 min. Director: Werner Herzog. Actores: (Documental)


Caballos con las patas cuadruplicadas simulando galope, rinocerontes con sus cornamentas repetidas, simulando cabeceo. Son los primeros intentos de representar imágenes en movimiento, como cuenta el cineasta Werner Herzog (Fitzcarraldo, Aguirre o la cólera de Dios) en off. Con un nimio detalle: esas pinturas fueron creadas hace 30.000 años. Protoarte, protocine. Más adelante, casi al final, se cuenta que en otro rincón de la cueva han encontrado las huellas de un niño junto a las de un lobo. Pudo haber un drama, pudo haber amistad, pudo haber 5.000 años de diferencia entre uno y otro. En una de las salas más profundas de la Cueva de Chauvet, con un aire casi irrespirable, hay otra imagen sugerente e impactante: la mitad inferior de una mujer, piernas y entrepierna, acoplada con un búfalo. Herzog viaja entonces al sur de Alemania para mostrar las figuritas humanas más antiguas, todas ellas simbólicas, diosas de la fertilidad. Otro experto explica los conceptos de fluidez y permeabilidad, la difusión de las barreras entre realidad y sueños que dieron pie a incipientes sentimientos religiosos.

Para acentuar el contraste entre el homo sapiens lejano y el actual homo tecnológico, Herzog ha recurrido al 3D. No se justifica del todo, salvo en las ondulantes rocas de la cavidad. La música de Ernst Reijseger va cambiando de instrumentación, desde allegros de cuerda hasta armonías corales con un leve deje de Philip Glass, sin dejar de transmitir la emoción que se siente al visitar ese pedazo de historia. Documental riguroso, profundo, instructivo y ameno. Cultura, enseñanza, curiosidad intelectual. Lo que tanto se desprecia por unos y se echa de menos por otros en estos tiempos.

lunes, 25 de junio de 2012

Lolitas y machitos


Publicado en Diario de Mallorca el 25/6/12

ELLES

Nacionalidad: Francia, Polonia 99 min. Director: Malgorzata Szumowska. Actores: Juliette Binoche, Anaïs Demoustier, Joanna Kulig, Louis-Do de Lencqueseaing


Una periodista de la revista Elle, casada con un hombre acomodado, prepara un artículo sobre prostitución de estudiantes universitarias. Las entrevistas con dos de ellas le hacen reflexionar sobre su felicidad, su apetencia sexual y el machismo.

Esta es la sinopsis de la película. Creo. Porque aunque está bellamente fotografiada, y Juliette Binoche vuelve a dar todo y más en su actuación, el mensaje de la película, la intención de la directora, es difícil de dilucidar. Toca varios palos: a) ¿Es la prostitución -incluso la que no va asociada a mafias y esclavismo camuflado- una profesión degradante? b) ¿Por qué chicas jóvenes se dejan tentar por ella? ¿Por necesidad económica, por amor al lujo, por deseo de vivir experiencias diferentes, por algo más? c) La sociedad, en conjunto, ¿sigue siendo muy o bastante machista? d) ¿Por qué los hombres mantienen un deseo sexual tan intenso, traducido en afición/adicción a la pornografía o el sexo de pago? Muchas premisas, pocas conclusiones, algunas autojustificaciones que muestran las grietas del enfoscado. Los personajes femeninos, sobre todo las dos jóvenes, tienen bastante cuerpo, pero no se entiende por qué se limitan a dos; en el de Binoche choca su sumisión final; las escenas eróticas, rozando lo pornografíco, parecen condescender con el oficio que se pretende cuestionar; y se cae en un objetable feminismo al meter a todos los hombres en el saco de la lascivia y el patriarcado. Bella (lenta) película; ambíguo (dudoso) mensaje.

jueves, 21 de junio de 2012

Fotograma arriba, fotograma abajo


Publicado en el suplemento Bellver de Diario de Mallorca el 21/6/12

CINE EN 48 FPS

Uno no sabe si Peter Jackson tiene un don natural para el marketing o si cree ciegamente en su propuesta. Me refiero a su intento, y la polémica generada, de emitir su próxima película El Hobbitt, un viaje inesperado, basada en el libro de Tolkien, precuela de El señor de los anillos, a 48 fotogramas por segundo. 

Un avance de diez minutos en la convención CinemaCon de Las Vegas, produjo reacciones divergentes en los críticos y agraciados que lo vieron. Lo cual está provocando un debate sobre si es un paso adelante o hacia atrás en la forma de ver cine. ¿Puro ruido y hay nueces?

Rebobinemos. Tras los diaporamas del siglo XIX, en la época del cine mudo (primer tercio del siglo XIX) la velocidad de paso del celuloide no fue fija. Predominaban los 14 fps pero se aceleraba y aflojaba la velocidad del obturador sin que las retinas de los espectadores se quejaran demasiado. La llegada del cine sonoro (tan cucamente narrada en The Artist) impuso la unificación forzosa. Como el oído es mucho más sensible a los cambios de frecuencia (saltos a agudos o graves muy bruscos) y como, por economía de costes, se grababa la banda sonora en un lateral del celuloide, tras diversas pruebas se asentaron los 24 fps. 

Sin embargo, la industria de cámaras y proyectores no dejó de innovar. Como todas las industrias; es un impulso humano originado desde que los homos erectus comenzaron a tallar piedras de sílex para cortar chuletones de mamut o las cabelleras de sus vecinos.

Según Peter Jackson, los 48 fps ofrecen un grado de nitidez y una textura cromática únicos. Los escépticos dicen que es un pastiche. Los calvinistas del séptimo arte piden que se dejen de alquimia visual, regresen a la cámara de 35mm a 24 fps y se concentren en el guión y los actores. Los relativistas no ven incompatibilidad entre una buena historia y la experimentación formal (hay ejemplos a espuertas). Los primeros afectados, -y por fin han levantado la voz- los exhibidores, señalan que los proyectores de millones de salas del planeta no pueden aumentar la velocidad con un botoncito giratorio. Por tanto, deberán comprar nuevos aparatos, cuando hace nada se tuvieron que rascar el bolsillo para saciar la demanda de 3D impulsada por James Cameron y Avatar.

Llega el turno de los malpensados. Resulta que uno de los amigos íntimos de Peter Jackson es Dean Whright, socio inicial de Cameron en la empresa Digital Domain. Los maledicientes se preguntan qué grado de influencia ejerce, si no le habrá sorbido la masa encefálica (como en el ponche de Bad taste, el delirante debut del cineasta) para que se embarque en una batalla que muy probablemente no convertirá a El hobbitt en una película magistral.

Ah, por cierto. Y Cameron prepara la segunda y tercera parte de Avatar no en 3D (o además) ni a 48 fps, sino a 60. Una de las (varias) causas del cine de los cines Renoir fue su asfixia económica para afrontar el obligado e inminente pase al cine digital. ¿Están -con la que está cayendo- las salas supervivientes preparadas para invertir además en proyectores de 48 y/o 60fps? Pregunta retórica final: Esta polémica está creando mucho ruido, ergo publicidad, a la película pero ¿no acabará vamipirizándola, distrayendo sobre su presumible buen guión y realización?


Gesticulación primaria


Publicado en Diario de Mallorca el 21/6/12

SACAME DEL PARAISO

Nacionalidad: Estados Unidos, 98 min. Director: David Wain. Actores: Jennifer Aniston, Paul Rudd, Alan Alda, Justin Theroux, Malin Ackerman


No hace mucho ensalzábamos el estado de gracia del productor-director-guionista Judd Apatow. Entre 2004 y 2007 ligó una hilada de comedias con personajes originales o cándidos, un humor inteligente, gamberro, carcajeante y con un poso de ternura (Virgen a los 40, Supersalidos, Paso de ti, Lío embarazoso). En los últimos años ha perdido el duende. En Sácame del paraíso apadrina al director David Wain con una comedia muy forzada, salvada gracias a un buen reparto.

El argumento es bastante oportunista. Una pareja de aspirantes a yuppies se enfrenta, tras sufrir un hachazo de la monotemática crisis económica, al dilema de vivir con un cuñado insoportable alquilando escusados portátiles o evadirse en una comuna hippie. Aunque barnizada convenientemente (todos muy guapos y aseados, ni rastro de yayoflautas) o por ese motivo, la estancia se vuelve muy irreal y sus miembros en infrecuentes momentos superan los estereotipos. Sácame del paraíso remata su comercialidad (y previsibilidad) con una tramita de codicia y especulación inmobiliaria con espureo chaqueteo. Lástima, porque en fugaces momentos apunta un tema interesante (la quimera de los paraísos terrenales) y destella humor fresco (el robo del coche visto desde la lejanía). El filme se salva de la mediocridad por el buen trabajo de los actores. Tanto Paul Rudd (recurrente en los filmes de Apatow) como Jennifer Aniston (aún recordada por la serie Friends) son especialistas del género y se aprecia química entre ambos. Les apoyan la ironía del simpatizante neocon Alan Alda encarnando al fundador de la comuna, y el innegable palmito masculino de Justin Theroux (sobrino -nota curiosa- del escritor de viajes) y femenino de Malin Ackerman (Watchmen). Entretenida.

martes, 19 de junio de 2012

Puro Wes Anderson


Publicado en Diario de Mallorca el 18/6/12

MOONRISE KINGDOM

Nacionalidad: Estados Unidos, 93 min. Director: Wes Anderson. Actores: Jared Wilman, Kara Hayward, Bruce Willis, Edward Norton, Frances McDormand


Difícil calificar al cineasta Wes Anderson (Academia Rushmore, Los Tenenbaum, Viaje a Darjeeling). Uno sale de ver Moonrise Kingdom con un buen regusto de paladar y al mismo tiempo la certeza de que Anderson jamás hará una película como The Artist

Verano de 1965 en una isla costera del norte de Estados Unidos. Un par de chicos de 12 años (Wilman y Hayward; él boy scout, ella residente) se fugan, cruzan la isla y viven como buenos salvajes hasta ser localizados poco antes de la llegada de un huracán. Hasta aquí es una historia infantil. Los matices son muy adultos: él es huérfano y se enfrenta a la amenaza de ser encerrado en un reformatorio; ella tiene brotes de violencia y es despreciada por sus padres (Murray y McDormand). El toque de comedia lo aportan un pasmado policía (Willis) y dos jefes de boy scouts (Norton y Harvey Keitel). 

La (llamémosle) anticomercialidad viene por el sello de autor del cineasta. Su recurso a la voz en off, los primeros planos estáticos a cámara, o el remarcado constante de detalles coloristas ralentizan el ritmo y disminuyen la tensión. La música (Alexandre Desplat, quien si no) es igual de lúdica y exquisita. Pero no es una comedia ligera. Trata el tema de la pérdida de la inocencia, de la dificultad de encajar a chicos un poco diferentes o inquietos en la sociedad sin obligarles a agachar la cabeza y adocenarse, de la hipocresía de muchos adultos, que castigan a los jóvenes y a sus espaldas se comportan con dudosa moralidad. Unos espectadores valorarán la originalidad del filme, otros quedarán desconcertados. Wes Anderson puro, en estado de gracia.

jueves, 14 de junio de 2012

Cada uno en su casa


Publicado en Diario de Mallorca el 14/6/12

LAS CHICAS DE LA 6ª PLANTA

Nacionalidad: Francia, 104 min. Director: Philippe LeGuay. Actores: Fabrice Luchini, Natalia Verbecke, Sandrine Kiberlain, Carmen Maura

Paris, 1962. En uno de los barrios más selectos de la ciudad de la luz, los ricos propietarios viven en las plantas nobles, mientras que en los cochambrosos áticos se hacinan una legión de criadas, en su mayoría españolas. Al corredor de bolsa Jean-Louis Joubert (Luchini) le cambiará la vida cuando contrata a una atractiva sirvienta (Verbecke) sustituyendo a la resabiada antecesora.

La sinopsis previa confirma la enésima, cienmilésima, reiteración de la lucha de clases entre amos y lacayos en el formato más popular, la comedia de costumbres. Aún así, eso no tiene por qué ser negativo a priori, si se acierta con los personajes, acudiendo al arquetipo (verbigracia Intocable) y evitando el estereotipo de posición social y nacionalidad; ofreciendo ternura (Los descendientes) y descartando la sensiblería; señalando una punzante crítica de la desigualdad (Las nieves del Kilimanjaro) y no barnizando de progresismo un corazón reaccionario. El director Philippe LeGuay no esquiva ninguno de esos cepos. Aprovechando que juega en casa simula una ecuanimidad engañosa: Critica la superficialidad y estufamiento de sus paisanos pero ellos son los millonarios y españolas las chachas. Se recalca varias veces que las pobrecitas han sufrido los horrores de la dictadura y a la vez remarca su profunda religiosidad. 

Que los franceses se rían de nosotros no es nuevo ni evitable. Lo descorazonador es que espectadores españoles se tronchen con una visión denigrante y desfasada de nuestra sociedad. O no tan irreal. El palmario desprecio de los gobernantes actuales por la educación y la investigación nos está empujando de vuelta a las raíces que muestra esta película: incultura, infraempleos y sumisión total a los nordeuropeos.

martes, 12 de junio de 2012

Anestesia conyugal


Publicado en Diario de Mallorca el 11/6/12

CUATRO AMANTES

Nacionalidad: Francia, 103 min. Director: Antony Cordier. Actores: Marina Foïs, Elodie Bouchez, Roschdy Zem, Nicolas Duvauchel

Una diseñadora de abalorios de platería (Foïs) intima con un diseñador de páginas web (Duvauchel). La amistad cuaja y se extiende a las parejas de ambos (Zem y Bouchez), planteándose de forma abierta un intercambio de parejas continuado. El tema que propone Cuatro amantes tiene su punto de interés: ¿Puede cuajar una amistad entre dos matrimonios, con hijos ambos, compartiendo el sexo entre ellos? Más claro, huyen de la rutina pero se enfrentan a nuevos peligros: que ese intercambio pase del hedonismo físico al enamoramiento y posterior ruptura; que se estanque en un nuevo hastío, o que se degrade por pequeñas manías de cada uno y las comeduras de coco sobre qué estarán haciendo los otros. La tensión del filme está en cuanto durará esa situación aparentemente idílica (y por eso evidentemente improbable). Hay algo de diletancia, sobre todo en el segundo acto, pero también unos personajes bien definidos y unos actores que los hacen muy creíbles. Impactan el poderoso físico de Zem y la espontánea fragilidad de Bouchez. La realización es muy indie, con recurso, no abusivo, a la fotografía preciosista y pop anglosajón de apoyo.

Con las turbulencias político-financieras actuales cuesta creer que parejas burguesas conviertan el sexo en su principal preocupación. Eso limita mucho la trascendencia de Cuatro amantes. Por la seriedad de su propuesta y la profusión de diálogos tampoco se puede calificar de erótica (salvo un par de escenas subidas de temperatura). Sin embargo sí interesa como un retrato de las inquietudes emocionales y las dificultades para no caer en el pozo de la rutina de (¿pocas? ¿muchas?) parejas de mediana edad.

miércoles, 6 de junio de 2012

Vengar al padre


Publicado en Diario de Mallorca el 6/6/12

BLANCANIEVES Y LA LEYENDA DEL CAZADOR

Nacionalidad: Estados Unidos, 125 min. Director: Rupert Sanders. Actores: Kristen Stewart, Charlize Theron, Chris Hemsworth, Bob  Hoskins

Igual que las atribuladas finanzas mundiales, en el mundo del cine también se producen contagios o telepatías sospechosas. Este año sin ir más lejos aterrizan tres versiones del clásico cuento infantil de los hermanos Grimm. La (ya estrenada) protagonizada por Julia Roberts y está en producción una versión cómica española -con enanos toreros- protagonizada por Maribel Verdú.

Si Blancanieves (Mirror, mirror) apostaba todas sus cartas al tirón de la Roberts, La leyenda del cazador intenta recuperar al desertado público adolescente con el menudo palmito de Kristen Stewart (Crepúsculo), el perchón de Chris Helmsworth (Thor) y la madurada belleza de Charlize Theron. En el guión sí que apuesta todo a una ficha, resucitar el tono oscuro, sin infantilismos, sin apenas humor, de la historia original, y añadirle un componente épico, con la protagonista liderando, sable en mano, coraza en pecho, la reconquista de su possesió y su mancillado honor. Para dificultar el desafío dotan a la madrastra de un muestrario de poderes sobrenaturales que acaban derivando en un vale todo. El tema que mantiene la vigencia del relato de los Grimm, la búsqueda de la inmortalidad y la crueldad de los cainismos familiares, se dispersa entre persecuciones por el bosque, frases grandilocuentes y orquestaciones machaconas. Para los espectadores exigentes sólo ofrecen unas minúsculas gotas de interés la aldea matriarcal (con ecos del asentamiento francés de Apocalypse now) o la caracterización de Toby Jones y Bob Hoskins como enanitos. En cabeza de cartel Theron se merienda cruda a Stewart, muy limitada en expresividad, y al reparto masculino entero. Película es entretenida, sí, aunque adolece de auténtica pasión y pulsión dramática.

martes, 5 de junio de 2012

Perdigón y Tomillo


Publicado en Diario de Mallorca el 5/6/12

MIEL DE NARANJAS

Nacionalidad: España, 100 min. Director: Imanol Uribe. Actores: Iban Garate, Blanca Suarez, Karra Elejalde, Carlos Santos, Ángela Molina

Sobre un premiado guión de Remedios Crespo, Miel de naranjas narra un drama de juicios sumarios y voluntariosa resistencia antifranquista en los años 50, cuando Franco laminó los levísimos rescoldos de oposición con una calculada y sistemática crueldad. El planteamiento promete: un juez militar implacable (Elejalde) acoge como ayudante al prometido (Gárate) de su sobrina (Suárez). Pronto vemos que algunos insurgentes están infiltrados en el órgano judicial, y se incrementa el suspense con el cruce de intereses personales y políticos. Se plantean dos temas interesantes. a) El de los topos o espías, que deben venderse parcialmente al diablo (consentir injusticias, o incluso matar) para mantener su camuflaje y ayudar al bando opuesto. b) Tratado hace poco en La llave de Sarah, pero muy poco visto en nuestro cine, es el de la corrupción paralela a la represión: además de matar a los disidentes, les expoliaron con mayor o menor disimulo. El filme sin embargo flojea en las tramas personales. La pareja de jóvenes suma su exceso de apostura a la blandura de sus personajes, y no se aprecia química entre ellos. Elejalde impacta y a la vez recurre a algunos prescindibles tics. Muy efectivos se muestran Carlos Santos y Eduard Fernández.

La guerra y posguerra nacionales siguen atrayendo a escritores y cineastas aunque, salvo contadísimas excepciones, con un extraño respeto. Como si tuvieran miedo de enervar, de despertar, al rescoldo (o algo más) de simpatizantes franquistas. Miel de naranjas sufre ese mal, situada más cerca de Amar en tiempos revueltos que, no me canso de citarla por su riesgo y contundencia, de Pa negre.