domingo, 8 de agosto de 2010

Mercenarios del sueño

Publicado en Diario de Mallorca el 8/8/10

ORIGEN

Nacionalidad: Estados Unidos, 148 min. Director: Cristopher Nolan. Actores: Leonardo DiCaprio, Ken Watanabe, Joseph Gordon-Lewitt, Marion Cotillard

La incierta frontera entre sueños y realidad ha fascinado desde hace tiempo a los creadores. Cristopher Nolan trabajó durante casi una década un guión que recicla obras como El año pasado en Marienbad de Resnais, Ubik de Philip K. Dick o Matrix, sin llegar a traspasar la frontera del plagio. Muy resumida, Origen narra las peripecias de unos modernos lavadores de cerebros con un doble fin: evitar el monopolio mundial de una empresa de energía y redimir al cabecilla del grupo de un drama familiar. El envoltorio es sofisticado, complejo e impactante. Llega a desdoblar a los protagonistas en cuatro niveles de realidad (Matrix, recordemos, se limitaba a dos) ayudando a digerir su frenética ubicuidad con ejemplos como la escalera de Penrose (famosa por los dibujos de Escher) o el despertar brusco que experimentamos cuando soñamos que tropezamos. No entra, afortunadamente, en jardines freudianos; pero tampoco llega a profundizar más. La trama principal ha evitado la dicotomía buenos-malos y pierde fuerza por ello, ya que los protagonistas no dejan de ser unos bienintencionados mercenarios. A la trama sentimental le ocurre algo equivalente: para que el espectador sienta en carne propia los sufrimientos del protagonista debe ser lineal; en cuanto hay saltos temporales, se pierde bastante empatía.

Origen es un sofisticado thriller parapsicológico. Tiene momentos brillantísimos, como la ciudad doblándose en dos como un papel o la escena del hotel ingrávido; buen ritmo, elaboradísima producción y unos excelentes actores. Es un gran espectáculo, perfecto como evasión, pero igual que Shutter Island (con la que comparte protagonista) apenas deja huella después. Lo dicho, muy entretenida.

1 comentario:

Anónimo dijo...

Bastante de acuerdo. Es usted un crítico cada día más sintético, exacto y, lo que es más importante, útil.